Shamanismo. Cultura y tradiciones de las etnias ecuatorianas

El shamanismo o chamanismo es un conjunto de prácticas, creencias y conocimientos ancestrales utilizados por ciertos grupos étnicos de diferentes latitudes con fines curativos. Más allá de la mitología y el misticismo desarrollado alrededor de este tema, los shamanes son concebidos puertas adentro de sus comunidades como sabios que han heredado las tradiciones.

La observación de expresiones indígenas como el shamanismo y demás posibilidades que ofrece el turismo intercultural permiten adentrarse en las costumbres y saberes que han acompañado desde tiempos remotos a los grupos originarios del sur de América y, más concretamente, de los Andes, la Costa del Pacífico y la Amazonía ecuatoriana, además de disfrutar del entorno natural y las maravillas turísticas que los circundan.

Participar en una ceremonia de sanación es una oportunidad única para conocer la cultura auténtica presente en los pueblos ancestrales de Ecuador. Y también para comprender cómo las etnias han sobrevivido al mestizaje de las creencias y ser parte de ellas durante el tiempo que dura su visita.

Es el momento propicio para quienes desean probar la diversidad de creencias y mirar lo sagrado desde otra perspectiva, lejos del cristianismo u otras religiones. El shamanismo o chamanismo es un conjunto de prácticas, creencias y conocimientos ancestrales utilizados por ciertos grupos étnicos de diferentes latitudes con fines curativos.

Más allá de la mitología y el misticismo desarrollado alrededor de este tema, los shamanes son concebidos puertas adentro de sus comunidades como sabios que han heredado las tradiciones y saberes acumulados por generaciones en sus culturas con respecto al tratamiento de plantas medicinales, rituales milenarios, técnicas de sanación y las propiedades energéticas del cuerpo y la naturaleza.

El shamán (o yachak en quichua, la lengua más hablada por los indígenas ecuatorianos) generalmente concibe en la naturaleza un sistema espiritual-energético, dotado de unidades interdependientes y basado en el equilibrio de fuerzas. Sus rituales de curación suelen desarrollarse en base a los cuatro elementos del planeta: fuego, aire, agua y tierra, y utilizan brebajes e infusiones elaboradas con plantas alucinógenas que les permiten, de acuerdo a sus creencias, tener una perspectiva holística del universo, la vida e, incluso, el futuro.

Al interior de sus diferentes etnias, a los shamanes se les considera seres privilegiados, poseedores de habilidades especiales y gran sabiduría, por lo que ocupan un lugar especial en la escala social de sus pueblos. Sus técnicas de sanación, rituales y conocimientos han sobrevivido hasta nuestros días y configuran parte fundamental del legado inmaterial de las culturas originarias. Gracias al aislamiento que han mantenido con las grandes ciudades y su poco contacto con la colonización europea, las etnias de la Amazonía son las que mejor han sabido preservar su cultura, aunque en los Andes y, en menor porcentaje, en la Costa del Pacífico también existen comunidades que conservan gran parte de su legado histórico y cultural.

La mayor cantidad de nacionalidades indígenas ecuatorianas están distribuidas en la región amazónica: Huaoranis, Achuars, Shuars, Cofanes, Siona-Secoya, Shiwiars, Záparos, Tagaeris y Taromenanes; seguidos por los Otavalos, Salasacas, Cañaris, Saraguros y Awás que habitan en los Andes del Ecuador; y los Chachis, Huancavilcas y Tsáchilas que tienen presencia en la Costa del Pacífico.

Rituales de sanación

El shamán alista la mesa sobre la que descansan los elementos a utilizarse durante el ritual: el brebaje, piedras, plantas, tabaco, etc. Luego, detecta en sus atendidos los conflictos, temores y males que lo aquejan, en un ritual que puede durar entre tres o cuatro horas y termina con la limpieza energética del individuo, nuevamente mediante la exhalación de humo de tabaco sobre sus manos, espalda, hombros y cabeza.

Rituales similares, aunque varios de ellos sin la presencia de bebidas alucinógenas, son realizados por grupos étnicos de los Andes y la Costa del Pacífico. El rito es conocido como “limpia” y consiste, básicamente, en el soplo de alcohol y humo de cigarrillo sobre el cuerpo semidesnudo de las personas, al tiempo que se les frota (se les limpia) con manojos de hierbas a las que se atribuye propiedades curativas.

La tarea principal del shamán es aliviar y buscar el equilibrio energético entre el individuo que hace uso de sus servicios y la naturaleza. Algunos de sus rituales incluyen silbidos, cantos, instrumentos musicales autóctonos, consumo de tabaco, plantas medicinales o ciertos alucinógenos naturales elaborados con ayahuasca, guanto u otras hierbas que se encuentran en su entorno.

El ritual shamánico en los Andes se caracteriza por el uso de elementos personales del interesado: ropa, fotografías y otros artefactos, uso de velas, huevos, cuy, el rosario y soplo de tabaco y alcohol. La limpia se utiliza para la cura del “espanto” y “mal de ojo” además de enfermedades tradicionales.

Los Tsáchilas son uno de los grupos indígenas más visibilizados en la Costa del Pacífico. Su lengua original es el tsafiqui, habitan principalmente en comunidades de la provincia denominada, en homenaje a su cultura, como Santo Domingo de los Tsáchilas, y entre sus rasgos más llamativos se destacan su atuendo compuesto por una especie de falda y el predominio de pigmentos naturales
rojos en su cabello.

El shamán ocupa un lugar especial en sus organizaciones sociales. Sus conocimientos, rituales y técnicas de curación, entre las cuales sobresale el consumo de una bebida elaborada con plantas medicinales llamada nepe, han trascendido sus fronteras, por lo que es común que turistas nacionales y extranjeros accedan cada vez más a este tipo de tratamientos.

El ritual de sanación ancestral en la Costa del Pacífico incluye el uso de altares de curación, que son mesas de los sabios de las comunidades. Se utilizan elementos sagrados como piedras, maderas, huesos de animales y santos de la religión católica. Previo a esto los pacientes pasan por un baño de hierbas semidesnudos, que aleja las malas energías del cuerpo y del espíritu.

Estas creencias y cultura de sanación ancestral se encuentran vivas no solo en las creencias indígenas de las diferentes regiones del país; sino en toda su población en general. No es extraño que los ecuatorianos recurran a la sabiduria de la medicina ancestral con shamanes. En los mercados de ciudades como Quito , Cuenca y Guayaquil se encuentran las hierberas, que tienen el conocimiento medicinal de las diferentes técnicas para la sanación. Experimentar una “limpia” o una cura ancestral con las hierberas del mercado es entrar en la saburía de un pueblo que por milenios ha sabido tratar sus males de forma natural, dentro del equilibrio de la energía de los elementos naturales: agua, tierra, aire y fuego.
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